A los oidos de un purista de las formas, esos que practican un fundamentalismo del como debe ser porque dios manda, el concepto “ecoperonismo” les resultara no menos que un sacrilegio o una derivación espurea de un simbolo inmarcesible e inmodificable, o quizas, una publicidad de una ONG europea con Peron abrazando a un panda.
Mucha de esa resistencia radica en el oportunismo que genera una anacronia doctrinaria, a veces conciente y otras tantas no.
La conservacion del poder de lo simbolico por parte de una generacion imposibilita participar de su construccion, simplemente porque uno no pertenece, porque no ha estado, y por lo tanto solo debe conformarse con sostener, con conservar, con bancar, quizas una de las funciones escenciales, pero cuando se vuelve unica solo es statusquista y conservadora. Como hace muchos años me enseño un compañero diciendome, “cuando los jovenes rompen las bolas los contenemos adentro de una organización para jovenes”.
Sin embargo el peronismo hoy nos ofrece nuevamente la posibilidad de crear una mistica propia, una mistica generacional que ayude a consolidar el proceso politico actual, pero que a su vez pueda encender de ideales el pecho de los que hay que ir a buscar en esta constante correlacion de fuerzas que es la politica. Y el ecoperonismo es solo eso, una herramienta generacional para salir a enamorar.
Por lo tanto la reactualizacion doctrinaria se vuelve de una importancia estrategica para la defensa del proyecto presente y para su consolidacion futura. Es decir, que la creacion de una mistica propia generacional, basada en principios e ideales adaptada a la realidad que nos toca vivir es indispensable para la participacion politica genuina como para la propia vida del movimiento.
Una doctrina es un sistema de valores y principios que rigen las prácticas de los militantes. Es por eso que no hay movimiento sin doctrina, sin ideas que lo impulsen. Hace falta entonces una re-actualización doctrinaria que tome como base los principios que Juan Domingo Perón desarrollo entorno al problema ecológico y ambiental.
El Ecoperonismo es la consecuencia a la pregunta de que significa ser peronista en el siglo XXI.
Estamos atravesando una epata mudial donde los paradigmas filosoficos que han ordenado las deciones humanas desde la revolucion industrial estan siendo cuestionados. Los modelos productivos, de acumulacion y consumo empiezan a chocarse de frente con la realidad de un planeta finito. Conceptos como progreso o desarrollo tienen definiciones más difusas e inconsistentes. Este hechizo vertiginoso, que transforma al hombre en una maquina al límite de su capacidad productiva, y que, propugna por una división internacional del trabajo detalladamente establecida, equiparando apto a rentable, tiene como principal objetivo la producción de bienes necesarios o superfluos constantemente, “porque la renovación produce utilidades” como Perón lo señalaba en 1972.
En una conocida frase Juan Peron vaticino que el año 2000 nos encontraria unidos o dominados. ¿Y si nos encontro unidos y dominados?
Al haber aumentado la escala del consumo mundial, ya no alcanza con una división internacional del trabajo por países, nos encaminamos hacia una división inter- regional de productos. Este modelo, que es de aplicación mundial, tiene una estructura fácilmente observable que puede describirse en el modelo de las 4M.
Donde la primer M corresponde a la Materias Primas. Es decir, localizar y extraer materias primas en cualquier lugar del globo, para la produccion de bienes. La segunda M significa Mano de Obra barata o cuasi esclava, que se asienta en las grandes periferias urbanas dando origen a un proceso migratorio que ademas de aumentar la oferta laborar, disminuyendo costos de contratacion, deja sin poblacion enomes cantidades de tierras para la extracion de recusos.
La tercer y cuarta M, esta relaciona con los procesos de resistencia que esos fenomenos genera. Los principales Medios de Comunicación del mundo forman parte de las grandes cooporacion de medicamentos, armas, hidrocarburos, alimentacion y telecomunicaciones, por lo tanto su silencio forma parte del sometimiento y complicidad. Y por ultimo la Militarizacion de la protesta viene a completar el trabajo cuando la resistencia se vuelve inevitable por la magnitud del saqueo.
Por eso “creemos que ha llegado la hora en que todos los pueblos y gobiernos del mundo cobren conciencia de la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través del medio ambiente y la biosfera, la dilapidación de los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobre-estimación de la tecnología y la necesidad de invertir de inmediato la dirección de esta marcha”. La vigencia que tienen hoy las palabras de Juan Domingo Perón son irrefutables y continúa con un mensaje que quizás sea íntegramente el espíritu de la Cátedra América Latina Ahora o Nunca cuando sentencia: “la Humanidad debe ponerse en pie de guerra en defensa de sí misma”. Quizás esa revolución industrial que empezó hace más de 250 años, y que ha producido enormes avances, tenga que desacelerar un poco su marcha. Quizás el crecimiento sostenido y geométrico, deba reemplazarse por uno mas moderado, un crecimiento que no se sustente en la miseria de la población, ni en la extenuación del planeta.
Esta situación mundial coloca a la Unión Latinoamericana en imprescindible para la propia vida. Ya no solo para la soberanía de nuestros recursos y territorios, sino para garantizar la supervivencia de la especie en el planeta. Ese será el gran desafió.
Animarse a debatir estos temas, animarse a formar parte de una reactualizacion doctrinaria que haga latir los corazones militantes como bombos legueros, animarse a pensar con todo el cuerpo en un proceso emancipatorio de la mente, animarse a creer que las revoluciones se hacen pensando pero tambien bailando, conectando con lo que nos rodea con alegria, agregandole un poco de lirica a tanta epica, rebalorizando la palabra compañero como la “generacion de amigos” debera ser la razon de los jóvenes que levantan estas banderas. Una militancia sin valores ni principios que defender, o sin actualizar esos valores a la realidad que le toca vivir, cae indefectiblemente en el oportunismo o en el anacronismo.
A casi 200 años de la fragmentación de la Patria Grande, los Latinoamericanos tenemos el deber de unirnos para cambiar al mundo. En nosotros abrevan las cosmovisiones de lo antiguo y lo nuevo, del conocimiento pluripopular, entremezclando espacios y tiempos diversos, esa tendrá que ser la síntesis que aporte soluciones a un sistema que esta caduco. El siglo XXI será el siglo de la supervivencia, y que este nos encuentre Unidos y Liberados.
Muy buen post, no se deben abandanar esos reclamos. Lola
ResponderEliminarMuy buen post, no se deben abandanar esos reclamos. Lola
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