Monsanto golpea en Paraguay: Los muertos de Curuguaty y el juicio político a Lugo. por Idilio Méndez Grimaldi 
 
Quienes están detrás de esta 
trama tan siniestra? Los propulsores de una ideología que promueven el 
máximo beneficio económico a cualquier precio y cuanto más, mejor, ahora
 y en el futuro.
El viernes 15 de junio de 2012, 
un grupo de policías que iba a cumplir una orden de desalojo en el 
departamento de Canindeyú en la frontera con Brasil, fue emboscado por 
francotiradores, mezclados con campesinos que reclamaban tierras para 
sobrevivir. La orden fue dada por un juez y una fiscala para proteger a 
un latifundista. Como resultado se tuvo 17 muertos; 6 policías y 11 
campesinos y decenas de heridos graves. Las consecuencias: El laxo y 
timorato gobierno de Fernando Lugo quedó con debilidad ascendente y 
extrema, cada vez más derechizado, a punto de ser llevado a juicio 
político por un Congreso dominado por la derecha; duro revés a la 
izquierda, a las organizaciones sociales y campesinas, acusadas por la 
oligarquía terrateniente de instigar a los campesinos; avance del 
agronegocio extractivista de manos de las transnacionales como Monsanto,
 mediante la persecución a los campesinos y el arrebato de sus tierras 
y, finalmente, la instalación de una cómoda platea para la los oligarcas
 y los partidos de derecha para su retorno triunfal en las elecciones de
 2013 al Poder Ejecutivo.
El 21 de octubre de 2011, el 
Ministerio de Agricultura y Ganadería, dirigido por el liberal Enzo 
Cardozo, liberó ilegalmente la semilla de algodón transgénico Bollgard 
BT de la compañía norteamericana de biotecnología Monsanto, para su 
siembra comercial en Paraguay. Las protestas campesinas y de 
organizaciones ambientalistas no se dejaron esperar. El gen de este 
algodón está mezclado con el gen del Bacillus Thurigensis, una bacteria 
tóxica que mata a algunas plagas del algodón, como las larvas del 
picudo, un coleóptero que oviposita en el capullo del textil. El 
Servicio de Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas, SENAVE,
 otra institución del Estado paraguayo, dirigido por Miguel Lovera, no 
inscribió dicha semilla transgénica en los registros de cultivares, por 
carecer de los dictámenes del Ministerio de Salud y de la Secretaría del
 Ambiente, tal como exige la legislación.
Campaña mediática
Durante los meses posteriores, 
Monsanto, a través de la Unión de Gremios de Producción, UGP, 
estrechamente ligada al Grupo Zuccolillo, que publica el diario ABC 
Color, arremetió contra SENAVE y su presidente por no inscribir la 
semilla transgénica de Monsanto para su uso comercial en todo el país.
La cuenta regresiva decisiva 
pareció haberse dado con una nueva denuncia por parte de una 
seudosindicalista del SENAVE, de nombre Silvia Martínez, quien acusó el 7
 de junio pasado a Lovera de corrupción y nepotismo en la institución 
que dirige, a través de ABC Color. Martínez es esposa de Roberto 
Cáceres, representante técnico de varias empresas agrícolas, entre ellas
 Agrosán, recientemente adquirida por 120 millones de dólares por 
Syngenta, otra transnacional, todas socias de la UGP.
Al día siguiente, viernes 8 de 
junio, la UGP publica en ABC a seis columnas: “Los 12 argumentos para 
destituir a Lovera” (1). Estos presuntos argumentos fueron presentados 
al vicepresidente de la República, correligionario del ministro de 
Agricultura, el liberal Federico Franco, quien en ese momento se 
desempeñaba como presidente de Paraguay en ausencia de Lugo, de viaje 
por Asia.
El viernes 15 del corriente mes, 
en ocasión a una exposición anual organizada por el Ministerio de 
Agricultura y Ganadería, el ministro Enzo Cardozo dejo escapar un 
comentario ante la prensa que un supuesto grupo de inversores de la 
India, del sector de los agroquímicos, canceló un proyecto de inversión 
en Paraguay por la presunta corrupción en SENAVE. Nunca aclaro de qué 
grupo se trataba. En esas horas de aquel día se registraban los trágicos
 sucesos de Curuguaty.
En el marco de esta exposición 
preparada por el citado ministerio, la transnacional Monsanto presentó 
otra variedad de algodón, doblemente transgénico: BT y RR o Resistente 
al Roundup, un herbicida fabricado y patentado por Monsanto. La 
pretensión de la transnacional norteamericana es la inscripción en 
Paraguay de esta semilla transgénica, tal como ya ocurrió en la 
Argentina y otros países del mundo.
Previamente a estos hechos, el 
diario ABC Color denunció sistemáticamente por presuntos hechos de 
corrupción a la ministra de Salud, Esperanza Martínez y al ministro del 
Ambiente, Oscar Rivas, dos funcionarios que no dieron su dictamen 
favorable a Monsanto.
Monsanto facturó el año pasado 30
 millones de dólares, libre de impuestos, (porque no declara esta parte 
de su renta) solamente en concepto de royalties por el uso de semillas 
transgénicas de soja en Paraguay. Independiente, Monsanto factura por la
 venta de las semillas transgénicas. Toda la soja cultivada es 
transgénica en una extensión cercana a los tres millones de hectáreas, 
con una producción en torno a los 7 millones de toneladas en el 2010.
Por otro lado, en la Cámara de 
Diputados ya se aprobó en general el proyecto de Ley de Bioseguridad, 
que contempla crear una dirección de bioseguridad a cargo del Ministerio
 de Agricultura, con amplia potestad para la aprobación para su cultivo 
comercial de todas las semillas transgénicas, ya sean de soja, maíz, 
arroz, algodón y algunas hortalizas. Este proyecto de ley contempla la 
eliminación de la Comisión de Bioseguridad actual, que es un ente 
colegiado de funcionarios técnicos del Estado paraguayo.
En tanto transcurrían todos estos
 acontecimientos, la UGP viene preparando un acto de protesta nacional 
contra el gobierno de Fernando Lugo para el 25 de junio próximo. Se 
trata de una manifestación con maquinarias agrícolas, cerrando medias 
calzadas de las rutas en distintos puntos del país. Una de las 
reivindicaciones del denominado “tractorazo” es la destitución de Miguel
 Lovera del SENAVE, así como la liberalización de todas las semillas 
transgénicas para su cultivo comercial.
Las conexiones
La UGP está dirigida por Héctor 
Cristaldo, apoyado por otros apóstoles como Ramón Sánchez - quien tiene 
negocios con el sector de los agroquímicos - entre otros agentes de las 
transnacionales del agronegocio. Cristaldo integra el staff de varias 
empresas del Grupo Zuccolillo, cuyo principal accionista es Aldo 
Zuccolillo, director propietario del diario ABC Color desde su fundación
 bajo el régimen de Stroessner, en 1967. Zuccolillo es dirigente de la 
Sociedad Interamericana de Prensa, SIP. El Grupo Zuccolillo es socio 
principal en Paraguay de Cargill, una de las transnacionales más grandes
 del agronegocio en el mundo. La sociedad construyó uno de los puertos 
graneleros más importante del Paraguay, denominado Puerto Unión, a 500 
metros de la toma de agua de la empresa aguatera del Estado paraguayo, 
sobre el Río Paraguay, sin ninguna restricción.
Las transnacionales del 
agronegocio en Paraguay prácticamente no pagan impuestos, mediante la 
férrea protección que tienen en el Congreso, dominado por la derecha. La
 presión tributaria en Paraguay es apenas del 13% sobre el PIB. El 60 % 
del impuesto recaudado por el Estado paraguayo es el Impuesto al Valor 
Agregado, IVA. Los latifundistas no pagan impuestos. El impuesto 
Inmobiliario representa apenas el 0,04% de la presión tributaria, unos 5
 millones de dólares, según un estudio del Banco Mundial (2) aún cuando 
el agronegocio produce rentas en torno al 30 % del PIB, que representan 
unos 6.000 millones de dólares anuales. Paraguay es uno de los países 
más desiguales del mundo. El 85 por ciento de las tierras, unas 30 
millones de hectáreas, está en manos del 2 por ciento de propietarios 
(3) que se dedican a la producción meramente extractivista o en el peor 
de los casos a la especulación sobre la tierra.
La mayoría de estos oligarcas 
poseen mansiones en Punta del Este o Miami y tienen estrechas relaciones
 con las transnacionales del sector financiero, que guardan sus bienes 
mal habidos en los paraísos fiscales o le facilitan inversiones en el 
extranjero. Todos ellos, de alguna u otra manera, están ligados al 
agronegocio y dominan el espectro político nacional, con amplias 
influencias en los tres poderes del Estado. Allí reina la UGP, apoyada 
por las transnacionales del sector financiero y del agronegocio.
Los hechos de Curuguaty
Curuguaty es una ciudad ubicada 
al este de la Región Oriental del Paraguay, a unos 200 km de Asunción, 
capital del Paraguay. A unos kilómetros de Curuguaty se halla la 
estancia Morombí, propiedad del terrateniente Blas Riquelme, con más de 
70 mil hectáreas en ese lugar. Riquelme proviene de la entraña de la 
dictadura de Stroessner (1954-1989) bajo cuyo régimen amasó una inmensa 
fortuna, aliado al general Andrés Rodríguez, quien ejecutó el golpe de 
Estado que derrocó al dictador Stroessner. Riquelme, que fue presidente 
del Partido Colorado por muchos años y senador de la República, dueño de
 varios supermercados y establecimientos ganaderos, se apropió mediante 
subterfugios legales de unas 2.000 hectáreas, aproximadamente, que 
pertenecen al Estado paraguayo.
Esta parcela fue ocupada por los 
campesinos sin tierras que venían solicitando al gobierno de Fernando 
Lugo su distribución. Un juez y una fiscala ordenaron el desalojo de los
 campesinos, a través del Grupo Especial de Operaciones, GEO, de la 
Policía Nacional, cuyos miembros de élite en su mayoría fueron 
entrenados en Colombia, bajo el gobierno de Uribe, para la lucha 
contrainsurgente.
Sólo un sabotaje interno dentro 
de los cuadros de inteligencia de la Policía, con la complicidad de la 
Fiscalía, explica la emboscada, en la cual murieron 6 policías. No se 
comprende cómo policías altamente entrenados, en el marco del Plan 
Colombia, pudieron caer fácilmente en una supuesta trampa tendida por 
campesinos, como quiere hacer creer la prensa dominada por los 
oligarcas. Sus camaradas reaccionaron y acribillaron a los campesinos, 
matando a 11, quedando unos 50 heridos. Entre los policías muertos 
estaba el jefe del GEO, comisario Erven Lovera, hermano del teniente 
coronel Alcides Lovera, jefe de seguridad del presidente Lugo.
El plan consiste en criminalizar,
 llevar hasta el odio extremo, a todas las organizaciones campesinas, 
para empujar a los campesinos a abandonar el campo para el uso exclusivo
 del agronegocio. Es un proceso lento, doloroso, de descampesinización 
del campo paraguayo, que atenta directamente contra la soberanía 
alimentaria, la cultura alimentaria del pueblo paraguayo, por ser los 
campesinos productores y recreadores ancestrales de toda la cultura 
guaraní.
Tanto la Fiscalía o Ministerio 
Público, como el Poder Judicial y la Policía Nacional, así como diversos
 organismos del Estado paraguayo, están controlados mediante convenios 
de cooperación por USAID, la agencia de cooperación de los Estados 
Unidos.
El asesinato del hermano del jefe
 de seguridad del presidente de la República obviamente es un mensaje 
directo a Fernando Lugo, cuya cabeza sería el próximo objetivo, 
probablemente a través de un juicio político, quien derechizó más su 
gobierno tratando de calmar a los oligarcas. Lo ocurrido en Curuguaty 
tumbó a Carlos Filizzola del Ministerio del Interior y fue nombrado en 
su reemplazo a Rubén Candia Amarilla, proveniente del opositor Partido 
Colorado, al cual Lugo lo derrotó en las urnas en el 2008, luego de 60 
años de dictadura colorada, incluyendo la tiranía de Alfredo Stroessner.
Candia fue ministro de Justicia 
del gobierno colorado de Nicanor Duarte (2003-2008) y se desempeñó como 
fiscal general del Estado por un periodo, hasta el año pasado, cuando 
fue reemplazado por otro colorado, Javier Díaz Verón, a instancia del 
propio Lugo. Candia es acusado de haber promovido la represión a 
dirigentes de organizaciones campesinas y de movimientos populares. Su 
nominación a Fiscal General del Estado en el 2005 fue aprobado por el 
entonces embajador de los Estados Unidos, Jhon F. Keen. Candia fue 
responsable de un mayor control por parte de USAID del Ministerio 
Público y fue acusado en los inicios de su gobierno por Fernando Lugo de
 conspirar en su contra para quitarlo del gobierno. Tras asumir como el 
ministro político de Lugo, lo primero que anunció Candia fue la 
eliminación del protocolo de diálogo con los campesinos que invaden 
propiedades. El mensaje es que no habrá conversación, sino simplemente 
la aplicación de la ley, lo que significa emplear la fuerza policial 
represiva sin contemplación.
Dos días después de asumir Candia
 Amarilla, los miembros de la UGP, encabezado por Héctor Cristaldo, ya 
visitaron al flamante ministro del Interior, a quien solicitaron 
garantías para la realización del denominado tractorazo. Sin embargo, 
Cristaldo dijo que la medida de fuerza puede ser suspendida en caso de 
nuevas señales favorables para la UGP (léase liberación de las semillas 
transgénicas de Monsanto, destitución de Lovera y otros ministros, entre
 otras ventajas para el gran capital y los oligarcas) derechizando aun 
más el gobierno.
Cristaldo es precandidato a 
diputado para las elecciones de 2013 por un movimiento interno del 
Partido Colorado, liderado por Horacio Cartes, un empresario investigado
 en el pasado reciente por Estados Unidos por lavado de dinero y 
narcotráfico, según el propio diario ABC Color, que se hizo eco de 
varios cables del Departamento de Estado de USA, publicado por 
WikiLeaks, entre ellos uno que aludía directamente a Cartes, el 15 de 
noviembre de 2011.
Juicio político a Lugo
En las últimas horas, mientras se
 redactaba esta crónica, la UGP, (4) algunos integrantes del Partido 
Colorado y los propios integrantes del Partido Liberal Radical 
Auténtico, PLRA, dirigido por el senador Blas Llano y aliado del 
gobierno, amenazan con un juicio político Fernando Lugo para destituirlo
 como presidente de la República del Paraguay.
Lugo depende del humor de los 
colorados para seguir como presidente de la República, así como de sus 
aliados liberales, que ahora lo amenazan con juicio político, con 
seguridad buscando más espacios de poder (dinero) como prenda de paz. El
 Partido Colorado, aliado a otros partidos minoritarios de la oposición,
 tiene la mayoría necesaria como para destituir al presidente de sus 
funciones.
Quizás se esperan “las señales 
favorables” de Lugo que la UGP - en nombre de la Monsanto, la patria 
financiera y los oligarcas - está exigiendo al gobierno. Caso contrario,
 se estaría pasando a una siguiente fase de los planes de copamiento de 
este gobierno que nació como progresista y lentamente va terminando como
 conservador, controlado por los poderes fácticos.
Entre algunos de sus haberes, 
Lugo es responsable de la aprobación de la Ley Antiterrorista, 
propiciada por Estados Unidos en todo el mundo después del 11 S. 
Autorizó en 2010 la implementación de la Iniciativa Zona Norte, 
consistente en la instalación y despliegue de tropas y civiles 
norteamericanos en el norte de la Región Oriental - en las narices del 
Brasil - supuestamente para desarrollar actividades a favor de las 
comunidades campesinas.
El Frente Guazú, coalición de las
 izquierdas que apoya a Lugo, no logra unificar su discurso, y sus 
integrantes pierden la perspectiva en el análisis del poder real, 
cayendo en los juegos electoralistas inmediatistas. Infiltrados por 
USAID, muchos integrantes del Frente Guazú que participan en la 
administración del Estado, sucumben ante los cantos de sirena del 
consumismo galopante del neoliberalismo. Se corrompen hasta los tuétanos
 y en la práctica se convierten en émulos vanidosos de engreídos ricos 
que integraban los recientes gobiernos del derechista Partido Colorado.
Curuguaty también engloba un 
mensaje para la región, especialmente para Brasil, en cuya frontera se 
producen estos hechos sangrientos, claramente dirigidos por los amos de 
la guerra, cuyos teatros de operaciones se pueden observar en Irak, 
Libia, Afganistán y ahora Siria. Brasil está construyendo hegemonía 
mundial junto a Rusia, India y China, denominado BRIC. Sin embargo, 
Estados Unidos no ceja en su poder de persuasión al gigante de 
Sudamérica. Ya está en marcha el nuevo eje comercial integrado por 
México, Panamá, Colombia, Perú y Chile. Es un muro de contención a los 
deseos expansionistas del Brasil hacia el Pacífico.
Mientras, Washington sigue con su
 ofensiva diplomática en Brasilia, tratando de convencer al gobierno de 
Dilma Rousseff a estrechar vínculos comerciales, tecnológicos y 
militares. Entre tanto, la IV Flota de los Estados Unidos, reactivada 
hace unos años después de estar fuera de servicio apenas culminó la 
Segunda Guerra Mundial, vigila todo el Atlántico Sur, en carácter de 
otro cerco al Brasil por si no comprendiese la persuasión diplomática.
Y Paraguay es un país en disputa 
entre ambos países hegemónicos, dominado aun ampliamente por USA. Por 
eso lo de Curuguaty es también una pequeña señal para Brasil, en el 
sentido que el Paraguay puede convertirse en un polvorín que quebrantará
 el desarrollo del suroeste del Brasil.
Pero por sobre todo, los muertos 
de Curuguaty es una señal del capital, del gran capital, del 
extractivismo expoliador, que asuela el Planeta y aplasta la vida en 
todos los rincones de la Tierra en nombre de la civilización y el 
desarrollo. Por fortuna, los pueblos del mundo también van dando 
respuestas a estas señales de la muerte, con señales de resistencia, con
 señales de dignidad y de respeto a todas formas de vida en el Planeta.
 
 
