sábado, 22 de octubre de 2016

Lino Barañao y la hegemonía del Poder Tecno-Científico

¿No nos resultó a todos muy llamativo que Lino Barañao, Ministro de Ciencia y Tecnología de Cristina Fernández de Kirchner, sea elegido también por el gobierno de Mauricio Macri?
¿Qué dos espacios supuestamente tan diferentes en lo ideológico coincidan en el Ministro de Ciencia y Tecnología? 

¿No es raro? Dame un punto de coincidencia y te moveré al mundo, decía Don Arturo.

¿Es neutral la ciencia? ¿No está contaminada por intereses económicos, por los financiamientos externos, por las becas internacionales? ¿Es impoluta? ¿La ciencia no toca el dinero? ¿Es tan blanco el delantal blanco?

El tema Barañao está en el vértice de la cuestión, por encima de todos los debates y de las pelotudeses de la política. Es el punto de intersección de dos modelos que se presentan ante la sociedad como antagónicos,  pero que sospechosamente tienen algo en común, un detalle, una cosita nomas: La política sobre la ciencia y la tecnología de la nación Argentina.

Para decirlo más claro, el modelo Nac & Pop del peronismo revolucionario  y el neoliberalismo más rancio tienen la misma política científica. ¿No es llamativo? ¿No da para pensarlo un rato?
Primero habría que ver qué es una política científica, cuáles son sus alcances, si es una política pública mas o si define cuestiones de Estado. Si se trata de un área con planificación a largo plazo, si  impacta de manera directa o indirecta en otras aéreas del Estado, en fin, si es importante.

Veamos. El modelo científico impacta en la política de salud, desde que decide qué medicamentos se producen hasta como se producen e incluso define la noción misma de salud y de enfermedad. Impacta en la educación desde que proyecta en el niño el tipo de profesional que pretende el país, la ética que regirá su conducta, los conocimientos que entrarán en su mente y si su inserción laboral será en el empresariado extranjero o para la realización del destino de su nación.

Impacta en el modelo industrial del país ya que define cuales son las cosas que hay que producir, el tipo de industria necesaria, cuales insumos son estratégicos para la industria nacional y qué tipo de industriales se necesitan en Argentina.

Sin ir más lejos el modelo científico impacta también en la política de Defensa Nacional, ya que colabora en la definición de los conflictos que son prioritarios para nuestra nación y busca  generar la capacidad disuasiva necesaria para contar con armamentos propios y así tener la densidad industrial necesaria para lograr un país defendido, no vulnerable a cualquier ataque.

Como vemos el Ministerio de Ciencia y Tecnología no es la Dirección de Tránsito de Pergamino. Y este gobierno neoliberal y anti-popular dejó ahí al que estaba en el gobierno anterior. ¿Se entiende la cuestión?


El Ministerio de Ciencia y Tecnología tiene una relación directa con la Defensa Nacional, con la Soberanía, con la posibilidad de seguir existiendo como Pueblo.

El ataque a nuestro país no es con cohetes, roguemos, por ahora. Proviene directamente del modelo tecno-científico aplicado por distintos gobiernos, no importa el cotillón ideológico con que se disfracen.

No hace falta que disparen un solo tiro. El modelo tecno-científico de la República Argentina está diseñado por las grandes corporaciones transnacionales y su objetivo es continuar con la habitual extracción de nuestros recursos naturales.




Técnicos en minería, como ahora abundan en las nuevas ofertas académicas.

¿Para qué política de minería? ¿Para la Barrick Gold? ¡Esos son nuestros profesionales!

¿Para qué mineras?

Biotecnología para no quedar afuera del ecocídio tecnológico de Monsanto, Bayer y Syngenta.

Poder ser productores nacionales de venenos y semillas transgénicas.

¡Por fin una industria nacional¡ ¡Llegó la Burguesía Nacional Transgénica!

Seamos como el que nos domina, que argentina lo que exporta no es ética.


Hay que abrir la mente y ver que hay poderes por encima de lo que se conoce como “la política”. El poder económico transnacional, sujeto activo de la internacionalización productiva, necesita de la ciencia para volverse hegemónico.

El capitalismo, problema menor. Empecemos a hablar del paradigma. ¿Cuál es la cultura de la ciencia?

La ciencia hoy es el principal enemigo de la humanidad desde que ha quedado subsumida a los intereses económicos del poder financiero, de la guerra. ¿Se acuerdan de la Bomba Atómica? Bueno, eso, pero más despacito.


La ciencia no es neutral, la tecnología es un arma de doble filo.

El tecno-desarrollismo no va a solucionar los problemas de los argentinos. Nosotros necesitamos un modelo industrial autónomo, nacional, pensado no solo para dar trabajo, sino también para robustecernos como nación, un modelo científico que sirva para hacernos soberanos de nuestros recursos naturales. Un modelo científico argentino.

El que tenemos actualmente ¿Lo es?

¿Desde cuándo?



Prof. Lic. Gustavo Adolfo Koenig
Maestrando en Defensa Nacional - UNDEF