ACLARACIÓN: Ojo que no
se trata de robar conceptos a Marcelo Gullo ni nada por el estilo. Los politólogos
consideran a los Estados como sujetos, para lo cual es necesario estados
insubordinados. Para los sociólogos los sujetos son las sociedades, un poco más
bochincheras y con olor a calle. Para nosotros lo fundante es la insurrección,
base necesaria para la insubordinación.
La securitizacion de América Latina
Decía
Jauretche que ir al F.M.I. es como pedirle al almacenero que te haga la listita
de lo que necesito comprar. Como pedirle a COTO que te diga qué comprar para
estas fiestas.
Ahora
imaginemos si el planteo de Jauretche supera lo meramente económico y lo
trasladamos al ámbito de la Defensa Nacional. ¿Qué nos diría el almacenero?
Los
militares latinoamericanos van formarse a EEUU y ahí preguntan cuáles son sus misiones y objetivos
estratégicos. De lo que resulta la sorpresiva casualidad que todos los
militares latinoamericanos te hablan del problema de la inseguridad. El
almacenero chocho.
La inseguridad
vendría a ser la agenda norteamericana para los temas de defensa de América
Latina.
¿Es el
narcotráfico y el Crimen Organizado el problema principal para las FFAA
norteamericanas? No. Son problemas de los países pobres.
¿O la
preocupación de los yanquis es más bien China, Rusia, Medio Oriente y el
control de los Recursos Naturales, poniendo bases militares a trocha y mocha y
armando quilombo donde quiera que estén “sus recursos”?
¿Solo los
yanquis pueden tener geopolítica? ¿No podemos nosotros también pensar en que
nos conviene como Nación?
Para los
países subdesarrollados los temas de Defensa quedan reducidos a temas policiales.
A la Defensa Nacional, los países latinoamericanos hoy la delegan en el grandote
del norte. EEUU nos cuida como un trapito que te raya el auto para seguírtelo
cuidando.
¿Es más
importante la inseguridad, el narcotráfico y el crimen organizado, que el
territorio usurpado por una base militar de la OTAN en Malvinas?
¿Qué
relación hay entre la entrega de nuestros Recursos Naturales (pesqueros, mineros,
alimenticios, nutricionales, genéticos, acuíferos, geopolíticos, etc..) y el
hegemónico, homogéneo y repetitivo discurso de la inseguridad?
América Latina llena de policías y
sin Fuerzas Armadas
No hay que
ser un genio de las cuentas fiscales para tomar nota de que el presupuesto en
Seguridad Interior aumenta y en Defensa Nacional es cada vez más miserable.
Submarinos
que se “hunden”, bases aéreas que se venden a capitales británicos, ejércitos
que gastarían todas sus municiones en lo que dura una canción.
Y por el otro
lado, policías militarizados, prefecturas robotizadas, cámaras satelitales,
lanchas israelíes… El gasto en Seguridad Interior es infinitamente mayor que el
de Defensa. ¿Por qué?
He aquí una
estrategia. Y no es justamente la nuestra. ¿Quién sale mejor parado si se dan
entre ratis y milicos? ¿A qué intereses responden cada uno?
De todos
modos no hay que olvidar que el arma más
efectiva está en los procesos pedagógicos y cognoscitivos con los que se forman
nuestros soldaditos. La sobredosis de
estupideces colonizantes que aplicadamente acuden a las mentes de nuestras
FFAA. es impecable.
Prolijamente
toman nota de todo curso pago que les den en EEUU, y asisten con la obediencia
tan característica del milico de querer ser el mejor alumno.
En un país
donde existe a escasos 500 km una base militar de la OTAN, las FFAA te hablan
de narcotráfico, inseguridad y crimen organizado. Todo porque allá así les
dijeron que era.
Narcotráfico,
inseguridad y crimen organizado… Todas cosas que, cual caballo de Troya, es ya
sabido que las maneja, financia y organiza el almacenero.
¿Qué les
pasa a las FFAA latinoamericanas? ¿Se quedaron sin enemigo y entonces de
aburridas miran para adentro?
Lo más difícil de entender en
Argentina: Las relaciones entre causa y efecto.
Los primeros
conceptos que se tienen que poner en juego para realizar un análisis certero de
la realidad son los de causa – efecto.
No se
resuelve una gotera poniendo baldes. En algún momento hay que tener la voluntad
de arreglar el techo.
La
indefensión nacional genera pobreza (por ausencia de soberanía es que nos
roban), la pobreza genera inseguridad, la inseguridad trae policías, la policía
reprime al pueblo que reclama soberanía.
Así están
dadas las cosas. La policía no es para frenar a los chorros sino para ser
complemento del ejército de los Estados Unidos.
La privatización de los alimentos
¿Cómo puede
ser que haya pobreza en un país que produce alimentos para 400 millones de
personas y tiene solo 40 millones? El granero del mundo ¿Es para los argentinos
o es “del mundo”?
Argentina ya
no controla su capacidad de producir alimentos. La privatizó haciéndose la
moderna y tecnológica.
Así como en
los ´90 se privatizaron los servicios públicos, en el mundo rural otro proceso
invisible para las frenéticas elites urbanas avanzó de modo imparable hasta
nuestros días. La privatización del campo, más conocida como “agroindustria” no
hizo más que privatizar la producción de alimentos de la mano de la importación
de tecnología genética, la que ya está fuera de todo control estatal.
Si la
Argentina no controla, ni elige, ni direcciona hacia intereses soberanos la
producción de alimentos es porque también los agrónomos fueron a pedir la
receta de la producción agraria a Monsanto.
Entonces,
sin control, ni dirección sobre qué y cómo se producen los alimentos de los
argentinos es muy lógico que haya hambre. Porque básicamente estamos
produciendo con nuestra tierra alimentos para otro país: China.
Y ahí va la
cosa: alimentos para otros sembrados en nuestro suelo: hambre y pobreza:
inseguridad: mas policía: mas represión: menos soberanía: menos defensa
nacional.
Pensemos
quizás alocadamente, pero quien te dice…
¿Qué pasaría si el pueblo se manifiesta en contra de una invasión
extranjera? ¿La policía lo reprime? ¿Qué tan nacional es la policía nacional?
¿Por qué han aparecido tantos formatos de policías últimamente?
¿Será que la
fragmentación facilita el comando desde el extranjero?
¿Y las FFAA?
¿Cómo es posible que vean
impávidas la desintegración de sus insignias sin siquiera avergonzarse?
¿Será eso lo
que aprenden en los cursos “todo pago” de EEUU?
¿Son nacionales nuestras FFAA?
¿A qué nación responden?
La ausencia de conducción política
Sin
estrategia no hay conducción. Pero peor que no tener conducción es ni siquiera
tener un diagnostico como base para una estrategia.
La sutil
discusión (de la que ya no vale la pena hacerse el tonto) en el seno del campo
opositor, entre socialdemócratas y justicialistas, demora un urgente
diagnostico de situación. Hace falta un buen diagnostico de la situación
argentina, pero los elementos de análisis de estos dos grandes grupos del campo
popular son muy distintos.
Unos miran
las causas. Los otros solo las consecuencias.
Argentina
está en terapia intensiva en términos de existencia nacional. El proceso de
ocupación territorial e indignificacion cultural no es ya alarmante sino casi
irreversible. Casi.
El problema
no radica en una lucida enumeración de los endeudamientos, los acuerdos
coloniales, las bases militares extranjeras, y un largo y ya conocido por todos
etc, etc. etc.
El problema
es la dirigencia del campo opositor, nuestro campo, nuestra dirigencia es EL
problema. Ese es el diagnostico. Esta oposición
es un colador.
La
dirigencia argentina no se plantea ni de casualidad como poner de pie al Pueblo
Argentino. Nuestra dirigencia convirtió a la política en un mezquino y
gallináceo cacareo de una prostibularia feria de vanidades.
Los
candidatos no hablan de temas de importancia y urgencia nacional, evitan las
cuestiones de fondo, esquivan los temas de Defensa Nacional y así no se
exterioriza ni difunde en sus discursos ninguna idea que no sea la salvación de
ellos mismos.
El discurso
político tiene un correlato de innegable efecto pedagógico. Forma y moldea a la
masa que lo escucha. Mucho más en campaña.
Dejando de
lado el enorme poder tergiversador de los grades medios, dejando por un rato a
un costado el poder de las roscas de Clarín y sus amigos; hoy por hoy los
políticos no hablan de nada. Nada es entonces lo que le preocupa a la masa.
¿Y
la nada qué es?
Pues ese parloteo cínico de la lista interminable de
dificultades económicas de nuestro pueblo: que las tarifas, que los despidos,
que el aumento del transporte y toda una congoja actuada y berreta de cosas que
ya venimos sabiendo todos hace unos cuantos años.
Lo que se
espera de un político es que vaya al hueso y no que enumere como un estúpido
las consecuencias.
¿Para qué es
político? ¿Para decir lo que todos ya sabemos? ¿Que aumentó la luz, el gas, el
transporte y bla bla bla?
Cómo se pone
de pie a un pueblo lisiado de tantos golpes es la cuestión.
Habría que
revolucionar la política porque así como está ya cansó, aunque todavía de comer
a algunos.
La ley de los tercios
Haciendo un
intuitivo análisis sociológico improvisando en vivo en Radio H, tiré hace unos días
esto que venía escuchando de los tercios, hoy confirmado por las más
prestigiosas consultoras.
Habría un
tercio duro, de gente muy kirchnerista y también otro tercio duro de gente muy
macrista. Tercios duros, impermeables ambos dos.
Lo
interesante del planteo es que habría dos tercios profundamente anti Macri,
como también habría dos tercios anti Cristina. Hasta acá mas o menos lo que
vienen diciendo todas las consultoras.
Pero la
cuestión interesante es ¿Cuál es la composición de clase, socioeconómica vamos
a decir para que no se asusten algunos, de esos tercios?
1- El tercio
enamorado de Macri:
Oligarcas de
toda laya, ganadores con la devaluación y el saqueo a los sectores populares.
Son aquellos que tienen en mente que lo peor que podría pasarles es que vuelva
la posibilidad de escuchar la palabra expropiación, digna de los peores
chavismos venezolanos.
Clases
medias profesionales también, pero poco académicas, cultas de enciclopedia y
maleducadas moralmente. Chetos sin códigos, prolijos de modales y muy hijos de
puta. Desagradecidos por esencia, no agradecen nunca porque siempre tienen
derecho a más. Están también los otros enriquecidos efímeramente por la gestión
anterior y que, abrazados a sus pertenencias ahora gritan: ¡queremos seguridad!
Históricos
miembros de una minoría étnico-racial que no quiere contaminarse con los
negros.
Básicamente
gorilas. En resumen, oligarcas y gorilas.
2 - El
tercio enamorado de Cristina:
Otra vez la minoría
étnico-racial pero esta vez con buena onda con los pobres. Blanca,
universitaria, linda, inclusiva y solidaria. Tampoco acá hay negros.
Latinoamericanista
más de Silvio Rodríguez y Galeano que de Perón.
Gente
consiente pero gente al fin. Gente, no Pueblo.
Un faranduleo
solidario, una generosidad electoralmente lucrativa. Un vanguardismo de juventud
de clase media. No gorila o de un gorilismo bien disimulado. Inclusiva. De una inclusión
con cuenta gotas y agradeciendo siempre para arriba. Siente piedad por los
pobres pero no lo son. Ayuda desde arriba pero no reprime.
3- Los dos
tercios que nunca votarían a Macri
Hay entonces
a groso modo un 66,6 que nunca votaría a Macri. Ese 66,6 también puede
dividirse en dos, veamos.
Uno de estos
dos tercios que nunca votaría a Macri es el que está enamorado de Cristina y
básicamente por eso nunca lo votaría. Es decir la clase media politizada,
académica y militante. La gente consciente de que hablábamos antes. Los blancos
progres.
Pero el otro
tercio son sectores populares que tampoco
votarían a Macri. Se sienten embaucados porque la situación económica ha
empeorado contundentemente.
Son rápida y
furiosamente más pobres que antes. Son los recontra empobrecidos por Macri.
4- Los dos
tercios que nunca votarían a Cristina
Lo mismo. De
ese 66,6 que no votaría a Cristina esta el tercio oligárquico-gorila que esta
enamorado de Macri y que por eso jamás votaría a Cristina.
Pero he aquí
el hallazgo sociológico. Hay un segundo tercio de sectores populares que al no ver sustancialmente modificadas sus
condiciones de vida le hizo un corte de manga al kirchnerismo. Son plebeyos
no incluidos.
Ni con las
cooperativas, ni con la asignación, ni con las paritarias vieron satisfacer sus
anhelos. Pretensiosos sectores populares que nos dejó el resabio duradero de
dignidad del peronismo.
Entonces, lo
que tenemos de interesante después de tanta lata es que hay un tercio de sectores populares que rechaza a Macri
y un tercio de sectores populares
que rechaza a Cristina. Esos dos tercios hacen una mayoría.
Conclusión: la mayoría popular en
argentina no tiene representación política. Solo las clases medias (de
diferente estilo) y los oligarcas.
¿Cómo
interpelar a esos sectores populares?
Los sectores
populares de nuestro pueblo, los excluidos, los que no les llegó la inclusión y
quizás tampoco la querían, los que están
siempre marginados del festín de consumo de los otros (progres lastimeros o
gorilas represivos), tienen en su marginalidad todo su potencial, diría Dussel,
la potencia antisistémica esta en el excluido, no en el incluido.
En esa
profundidad popular es donde abrevan las memorias nacionales, los olvidados de
Malvinas, los hambrientos de la democracia, los hombres y mujeres que sostienen
la nacionalidad y la tradición como fundamento de su dignidad.
¿Con que
discurso se convoca a quienes han sido los olvidados por varias generaciones?
La insurrección fundante
La musculatura popular. ¿Se tonifica con el ejercicio
electoral? ¿De votar cada cuatro años para nada los únicos músculos que se
ejercitan son los del dedo gordo y el índice al soltar el sobre? Vaya ejercicio.
Necesitamos más musculatura popular y eso se resuelve con mas participación. La democracia esta fofa.
Está democracia para el pueblo
argentino se terminó.
Esta es la democracia del poder económico. No es nuestra democracia. Para una
mayoría paciente y silenciosa esta democracia ya no significa nada. Hay que reinventarla.
Nuestro país está en terapia
intensiva en términos de existencia nacional. Necesita un
shock de Pueblo. Un intenso maremágnum de participación popular, en la
calle, ocupando el espacio público, en asamblea a cielo abierto, en
movilización total: en insurrección. Un pueblo insurrecto, más que un dócil
perrito republicano que espera las normas institucionales bien peinado el domingo.
Te toco un
dentista perverso, fuiste por una carie y ya te va sacando tres muelas… Y sin
anestesia... Y te dicen: falta una hora todavía para que termine el turno…
¿Somos consientes
del daño que puede hacer a la Nación Argentina este mamotreto durante todo un
año más? ¿Vamos a mirar calmos como se roban todo y entregan la soberanía al
extranjero? ¿Todo por “el respeto a las instituciones”?
¿Qué es más importante
para los argentinos, la Nación que está siendo vapuleada o la hueca democracia
del liberalismo?
¿¡Qué!? ¿Lo
que costó la democracia? ¿Nos van a hacer creer que la lucha de los 70’ era por
la democracia? ¿No era por la Liberación Nacional?
Ojo que tampoco
se trata de sacrificar a los más humildes, que encima de pobres tienen que
poner el cuerpo en la calle. No, eso no. Porque es bien sabido que en todo
campo opositor la vanguardia es la que rodea a la jefatura, y son las
vanguardias las que deben ir al frente. ¿O no muchaches?
En esta
calma chicha de la paz de los cementerios el que gana es el status quo macrista.
Gana culturalmente y gana por evidencia empírica. Nos cagaron a palos, nos
insultaron, nos entregaron al extranjero, hipotecaron el futuro de nuestros
hijos y nietos, nos escupieron en la cara. ¿Y qué paso? Nada.
Los medios nos
taladrarán noche y día con la eficacia del gobierno para lograr la paz social.
Con los logros de una gestión que a pesar del ajuste logró la paz.
No hay posibilidad
de un retroceso del sector oligárquico sin mostrar los dientes. Sin amenaza concreta
no hay disuasión posible.
El sistema
electoral está tan corrompido que ningún dirigente arriesgaría su pertenencia a
la clase política cómoda y lujosa por armar quilombos de claro corte patriótico.
“No hagan olas. Déjennos negociar a nosotros”.
Acá lo que
se terminó es la confianza en una clase política multimillonaria que con
variantes discursivas sigue utilizando al Estado para enriquecerse.
Acá falta
Pueblo. Pueblo enojado, insurrecto. No subordinado a los intereses y estratagemas
de una dirigencia que mide los tiempos con su bolsillo.
Acá falta
Pueblo. Loco y furioso, no por migajas sino como reacción a la indignidad
nacional.
Acá lo que
falta es sentirse de vuelta Pueblo Argentino y no creo que eso se resuelva con
un voto nomas.
Voy por el chaleco amarillo...
Pájaro
“Los pueblos que no luchan por su liberación
merecen la esclavitud”
Gral. Juan Domingo Perón