sábado, 17 de octubre de 2015

Historieta por la Soberanía Alimentaria

Introducción


¿Es posible que se prohíban las semillas? ¿Que pasará con la humanidad cunado esa pequeña esencia de vida sea privatizada? 


Las corporaciones del agronegocio ansían que se apruebe la Ley de Semillas, por lo cual habrá que demostrar que las semillas que uno posee no están patentadas genéticamente.


Monsanto será entonces el gendarme genético de la vida, persiguiendo a todo aquel que ose cultivar su tierra, su huerto, su terraza o su balcón. 


Las nuevas luchas, las nuevas militancias deberán comprometerse a reformular sus practicas hacia nuevos modelos emancipatorios. Lo que esta en cuestión no es ya un sistema o un modelo económico. De lo que se trata es de la defensa de la vida misma.


El derecho humano a la diversidad biológica, el derecho a producir novedades vegetales sin intervención tecnológica, el derecho de los campesinos a proteger sus cultivos, el derecho de los pueblos a elegir que comer y el derecho fundamental de poder elegir como producir nuestros alimentos.


Queremos conservar nuestras tradiciones ancestrales, la religiosidad sagrada de sentir la tierra recibir con amor la humilde semilla. Nuestros cultivos llenos de símbolos rituales nos dan identidad y son incompatibles con el uniforme, homogeno y repetitivo mundo del monocultivo, de la monocultura.


Eso es la Soberanía Alimentaria, es que un pueblo pueda elegir como producir sus alimentos sin que nadie se lo imponga desde afuera. No hay argumentos económicos que puedan subsumir nuestra forma de producir alimentos, nuestra tradiciones originarias y campesinas. 

No existe rédito monetario que sea superior a nuestra identidad. El cultivo es cultura y un pueblo sin cultura esta ya derrotado.


En esta historia futurista un pueblo se organiza para llevar adelante la resistencia por la Soberanía Alimentaría. 


Se ha vuelto delito andar con semillas y los Pisa Brotes del monocultivo persiguen a todo aquel que las porte. El pueblo quiere poder elegir qué sembrar sin perder su cultura, sin perder su identidad. 


La tarea entonces es cultivar donde se pueda y este simple y sencillo acto se convierte en resistencia, disparando el siempre frondoso y diverso ingenio popular. La re-evolución se trata de la lucha por la supervivencia de la especie cuidando la delicadeza y diversidad de la vida misma. 


Surge así una militancia nueva, una militancia de respirar el aroma a tierra mojada, hundir suavemente los dedos y colocar al fin la pequeña y humilde semilla. Después el paciente arte de esperar dando agua y sol a que ocurra el milagro. 


El cuidado de la plantita vuelve a conectarnos con la vida, con su delicada y sagrada fragilidad. He aquí la ceremonia, el rito de un nuevo movimiento que salvará al planeta.


 Como dijo Evo Morales Ayma, primer representante de las culturas milenarias andinas en ser presidente del Estado Plurinacional de Bolivia: 



“La soberanía alimentaria va mas allá del concepto de seguridad alimentaria porque implica el derecho no solo a la alimentación, sino el derecho de los pueblos a controlar sus propias semillas”




La lucha es por la vida, contra la privatizacion de la naturaleza.

¡Bienvenidos a la resistencia!





Gustavo “Pájaro” Koenig








LA RE-EVOLUCIÓN DE LAS HUERTAS




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