¿No será que no hay políticas de asistencia social para los sectores vulnerables que viven en la ciudad de Buenos Aires?
Así como la UCEP sacaba a los golpes a los pobres que afean la ciudad durmiendo en las veredas, las rejas impiden que los sectores populares puedan disfrutar de los espacios públicos con la excusa de que es por la inseguridad.
Detrás del proyecto de enrejado del Parque Lezama subsiste la idea de valorización inmobiliaria del Distrito Sur de la Ciudad de
Buenos Aires. Esta valorización no admite la presencia de personas humildes disfrutando del espacio publico. Para encarecer la zona histórica de San Telmo, Barracas y la Boca, primero hay que lograr la migración de sus históricos vecinos. Un proyecto de despoblamiento a través del deterioro de la infraestructura habitacional para luego hacer un gran negocio inmobiliario.
Por eso las rejas, para que no entren los feos, sucios y malos y se dediquen a arruinar el paisaje impoluto del hormigon armado.
Sin respetar la opinión de la Comisión Nacional de Monumentos Históricos (el Parque Lezama es un Monumento Histórico), el Gobierno de la Ciudad se dispone a la destrucción y desvalorización del parque. Hace ya unos largos nueve meses que la obra se desarrolla.
Los vecinos han sufrido un calor espeluznante sin poder tener acceso al parque, sin poder llevar a sus hijos a que se refresquen, sin poder disfrutar del espacio verde sin ningún tipo de restricciones. ¿Por qué la obra no se hizo por etapas como pedían los vecinos? ¿Por que no se los tiene en cuenta?
El Parque Lezama esta destrozado. Produce dolor en el pecho ver el maltrato que esta sufriendo, la impericia en la obra, el descuido por los monumentos, la falta de visión arqueológica en las excavaciones realizadas en el lugar. Un desastre. Solo hace falta acercarse y ver para cerciorarse de tanta desprolijidad. Ni lugar para las veredas han dejado.
Un fallo judicial del año 2004 obligaba al gobierno de la ciudad a obras de mantenimiento. El gobierno de Mauricio Macri dejó caer al parque en un notorio desmejoramiento.
La táctica ya es conocida de la época de las privatizaciones. Recuerde lo de ENTEL, que primero la empresa estatal era abandonada y vaciada para que una vez legitimado su mal funcionamiento la privatización llegaba casi por aclamación. Lo mismo ocurre con el Parque Lezama.
En el proyecto presentado se ve como se van a perder espacios verdes del antiguo diseño del Parque Lezama, creando islitas de pasto divididas por el cemento, material tan afín al jefe de gobierno. La idea es que deje de ser un parque donde las familias pasan sus tardes para convertirlo en un paseo, de hecho el nombre del proyecto es Paseo del Lezama. Un paseo donde el verde sea disminuido, donde no se promueva la interacción entre la gente, donde los niños no puedan jugar libremente. Un paseo para que no te puedas quedar disfrutando de la naturaleza.
¿Por que no poner cuidadores? Si ya hay cámaras por doquier.. ¿Por que enrejarlo? ¿Por que se le pidió a la Policía Federal que se retire del cuidado nocturno que bien hacia todas las noches?
Mas de una vez me dieron ganas de manchar con pintura roja la espada de Pedro de Mendoza que esta ahí muy canchero paradito frente a una mujer indígena que implora piedad al cielo... pero algo me resultaba sospechoso.. ¿Acaso no le sacaron las rejas al perímetro del monumento a Pedro de Mendoza para justificar por vandalismo el enrejamiento del Parque Lezama?
Lo mas gracioso es que se mudará justo al frente del Parque Lezama el mismísimo Ministerio de Ambiente de la Ciudad. Que ridículo.... Ver como estando al frente del Parque Lezama, la única política publica que se le ocurre al ministro Santilli para cuidar un parque es poniendo una reja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario